Desde hace años, la tendencia es hacer del lenguaje informático una competencia dominada por todos. Incluso forma parte del programa de aprendizaje que imparte la Educación Nacional francesa desde 2016, a partir de la escuela primaria. Pero, ¿es esta la estrategia adecuada? Hoy en día, solo el 0,3% de la población mundial sabe codificar.

El aprendizaje masivo de código parece más una ilusión que una doctrina realista. En primer lugar, porque no todos los seres humanos están hechos para aprender a codificar. En efecto, es posible para muchos aprender a crear software, desde un punto de vista conceptual, pero la barrera técnica vinculada al código es a veces insuperable. En segundo lugar, porque el tiempo académico no puede satisfacer las demandas de las empresas, que necesitan cada vez más desarrolladores, y con rapidez. Se calcula que en 2024 se crearán 500 millones de aplicaciones. ¿Cómo soportar esta cantidad astronómica con tan pocos desarrolladores disponibles?

Aquí es donde entra Nocode para dar una respuesta tecnológica y apoyar la aceleración de la digitalización global. En efecto, es importante dar acceso al mayor número posible de personas a herramientas que faciliten la creación de aplicaciones para crear más igualdad y diversidad en el mercado laboral actual.  

Un enfoque concreto en un mundo cambiante

Con la aparición de la nube y las API, Nocode, un enfoque de las TI que ya era bien conocido por los profesionales del sector y los editores en particular, está alcanzando la mayoría de edad. Ahora es una herramienta ideal para satisfacer las necesidades de desarrollo. Nocode hace referencia a entornos de desarrollo intuitivos y visuales, en los que los usuarios pueden simplemente arrastrar y soltar los distintos componentes a través de una interfaz gráfica, con el fin de crear, de forma sencilla y rápida, aplicaciones que respondan a sus necesidades (software de gestión, marketplaces, portales de clientes, etc.).

Según Gartner, en 2024, el 65% de las aplicaciones desarrolladas en todo el mundo lo serán con herramientas Nocode. Y con razón, este enfoque, además de satisfacer necesidades concretas, está creando una nueva dinámica dentro del mundo profesional.

Nocode no requiere necesariamente ingenieros; puede ser practicado por una gran variedad de perfiles. Esta accesibilidad favorece una mayor igualdad de oportunidades; es una oportunidad que deben aprovechar los demandantes de empleo, especialmente los que buscan reciclarse. Gracias a esta técnica sin código, empresarios, autónomos y empleados pueden lanzar rápidamente las aplicaciones necesarias para sus proyectos o los de sus empresas, independientemente de su especialidad o formación.

👉 Conoce Nocode, conviértete en Nocode Maker

La única consigna aquí es la noción de abstracción. Lo que hay que aprender no es programático, sino conceptual. Conocer el funcionamiento de la herramienta sirve de poco, pero conocer el uso, los entresijos de la aplicación que se desea crear es esencial. Porque dominar el código no basta para crear una buena aplicación, del mismo modo que dominar Excel no basta para diseñar un buen plan de negocio. Los conocimientos empresariales, combinados con una visión conceptual, permitirán llevar a buen puerto el proyecto. ¡Y estos conocimientos están al alcance de todos!

Nocode: la venganza de la profesión contra la técnica

Al facilitar el acceso al mundo digital, a la innovación y a la creación, Nocode puede considerarse un factor de inclusión. Rompe las barreras tecnológicas y libera la creatividad de todos. Los proyectos pueden lanzarse más rápidamente, con una inversión inicial mucho menor que con los métodos tradicionales. Las empresas ganan en flexibilidad y capacidad de reacción, dos cualidades esenciales para seguir siendo competitivas en los mercados actuales, que evolucionan con rapidez. Esto explica la adopción masiva de Nocode por el ecosistema de las startups desde hace varios años.        

Nocode está en línea con los conceptos de Design Thinking y MVP(Producto Mínimo Viable), que permiten una mayor agilidad en los proyectos. Los profesionales pueden probar sus ideas muy rápidamente con soluciones suficientemente maduras, y luego mejorarlas con la práctica y un feedback temprano. El modelo de desarrollo tradicional es lo contrario de este enfoque, ya que requiere una importante inversión de tiempo, energía y presupuesto para perfeccionar la aplicación, incluso antes de haber podido observar su uso concreto y su acogida en el mercado.

La falta de agilidad es una de las mayores frustraciones a las que se enfrentan los equipos de negocio, que a veces ven cómo sus ideas se estancan mientras sus competidores -especialmente cuando son pure players 100% digitalizados- lanzan nuevos servicios al mercado. Con Nocode, esta dinámica se tambalea y el negocio puede vengarse del lado técnico.

A menudo, los departamentos empresariales idean nuevas aplicaciones para satisfacer las necesidades acuciantes de su público o simplemente para racionalizar su organización interna en aras de una mayor eficacia. Pero estas mismas ideas se encuentran luego con el cuello de botella de unos equipos informáticos sobrecargados. La realidad técnica ahoga la creatividad de los equipos, que no pueden ser ágiles en tales circunstancias.

Design Thinking y Nocode ya han sido adoptados por muchos operadores puros. Forman parte de sus bazas para competir y tomar velocidad con actores tradicionales muy asentados en su mercado. Ya sean neobancos o plataformas como Doctolib, está claro que su llegada está agitando los códigos. La crisis sanitaria puede haber frenado ciertos proyectos empresariales, pero sobre todo ha demostrado la necesidad urgente de que las empresas se digitalicen para volver a centrarse en el valor añadido de sus negocios. Permitir la democratización de Nocode significa hoy ofrecer a las empresas la oportunidad de ser más innovadoras y, sobre todo, permitir a las PYME y a las grandes empresas francesas competir en igualdad de condiciones con los nuevos actores digitales.